miércoles, 7 de marzo de 2007

CONFESIÓN DEL PASTOR

Arrodillado ante el altar estoy
Sintiendo un sin fin de agujas que me penetran
Devorando tal vez la incredulidad de mi ofensa
Y el verdugo de mi sombra aborrecible

Tirando al azar
Mi destino
Tratando de encontrar
El bendito camino


Ahora soy frágil e indefenso
Me embriague con la fe de los creyentes
Y de su fortuna
He hecho el bocadillo
Del día

Manipule a mi antojo a la plebe
Y con un plan perfecto y diestro
Lo he conseguido
Esta es mi confesión y
Que más da...


Continuara el día del juicio final. . .

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